Una noche dentro una barrica
Con la reserva ya te dicen que tendrás dos barricas para ti. Una con la cama para dormir y otra con una mesa para comer, leer o echar una partida de cartas. El tamaño es el mismo: el espacio suficiente para meter dentro 8.000 litros de vino. Porque la cosa en va de caldos. Y, en concreto, de pasar la noche dentro de un tonel de madera de los de toda la vida. El invento toma forma de hotel-barrica y se llama Schlaf-Fass.
Las vistas a los viñedos de Graubünden, o cantón de los Grisones, el más grande y oriental de toda Suiza, no puede faltar en este tipo de alojamiento singular. No en vano, es una de las principales regiones vinícolas del país desde la época de los romanos. La variedad de uva Pinot Noir es la reina.
Y es que que lo de dormir en una habitación de hotel normal y corriente, con su cama, su tele y su mesilla de noche, por muy lujoso que todo sea, parece que ha pasado a mejor vida. Lo que se estila ahora es vivir una experiencia diferente no sólo en el destino que uno elija a la hora de viajar, sino también dormir en un sitio raro. Cuánto más, mejor. Y una barrica entra alegremente dentro de esta categoría.
Las barricas del hotel Schlaf-Fass aparecen distribuidas por dos zonas de Graunbünden. La primera, en Mainfield, el mismísimo pueblo de la famosa Heidi. La segunda es Jenins, a apenas media hora en coche, y justo al lado de una granja agrícola con estupendas vistas al Valle del Rin. En los dos casos, las barricas tienen una capacidad para cuatro personas. Es cuestión de elegir entre cama simple o doble. Ideal para familias, vamos. El interior reproduce la estética rural de los pueblos suizos de montaña, justo donde estamos, con sus ventanas de madera, sus rollizas sábanas y sus cortinas a cuadros rojos y blancos, a juego con el edredón.
Tanto en un pueblo como en otro, los huéspedes reciben una cesta para preparar eldesayuno con alimentos de la zona: embutido, queso, mermelada casera, pan, leche, café y mantequilla. La cena tampoco puede ser más autóctona: fondue de carne y queso. Eso sí, te lo tienes que preparar tú mismo. Aunque la gracia precisamente es ésa. No podía faltar una botella de vino. Y no falta. De hecho, hasta puedes pedir (por 20 euros más) una cata explicativa ahí mismo.
Y estará pensando: ¿dónde está el baño? La zona donde están acampadas las barricas cuenta con un pequeño lavabo y retrete. Para la ducha hay que dirigirse a una casa que está pegada. Aunque sus responsables insisten en que lo mejor es acercarse hasta los cercanos baños termales de Bad Ragaz, con aguas a 37º. La garganta de la Tamina es otra opción acuática.
Hay muchas más actividades por los alrededores, desde un vuelo en helicóptero para otear los viñedos desde lo alto a un paseo a caballo o en bici o una ruta de senderismo atravesando los Alpes.
| Schlaf-Fass. Alte Brunnen 3, Igis, Graubünden (Suiza). Teléfono: +41 79 280 02 62. Internet: www.schlaf-fass.ch Precio: desde 90 euros por persona. Consultar ofertas y paquetes en la web.